2009/08/28

ARENILLA PARA MARCO ANTONIO BESARES ESCOBAR (publicada en septiembre de 2008)



Marco Antonio no se enoja cuando alguien le dice que es “¡Un hijo de la Rial!”, porque la Rial no está emparentada con tufos Reales sino con la realidad tangible, con las hojas frescas que los hombres y mujeres masticamos a diario: ¡la palabra!

Y la Rial tampoco se enoja cuando alguien la señala como “¡Una hija de la Real!”, a pesar de que la Academia de la Lengua Española a veces tiene un su “chuquij” como de podrido, de avejentado. Y la Rial no se enoja porque, a final de cuentas, su árbol genealógico la emparenta con esa lengua maravillosa que es el castellano, con esa lengua criada con agua del Duero.

Marco Antonio es integrante de la Rial Academia de la Lengua Fraylescana, un grupo que debajo del sayal de fraile lleva un pumpo lleno de palabras. ¿Por qué ese afán de atesorar palabras? Tal vez porque esas palabras son un tanto rebeldes, un tanto juguetonas, un tanto muchachitas calientes con ganas de retozar sobre el petate; tal vez porque esas palabras son como rescoldo de un fogón en donde está escondida la flor de la ceniza. Marco Antonio, junto con todos sus compas, ha confirmado que con las palabras se puede jugar a las canicas, al cubilete, al trepatemico, al chingolingo y al eterno juego de las escondidas. Marco Antonio, junto con todos sus compas, ha demostrado que es necesario avivar esas palabras para que aniden en el corazón de los jóvenes.

Los dialectos de Chiapas, así como los de todo el mundo hispano, son los hijos más puros de la Real Academia.

En dos ocasiones me ha tocado mirar a Marco Antonio conversar en vivo y a todo color, y ha sido como si yo lo hubiera visto dar de comer a las palomas de la plaza, como si aventara los dados sobre una mesa de juego. Marco Antonio, junto con todos sus compas, sopla sobre las manos para echar la buena suerte y luego avienta los dados sobre el paño verde; y así gana partidas, idas y venidas. Parece que estos compas ya le encontraron el modo de beber de ese pozo que está lleno de palabras luminosas, cachondas, juguetonas, desmadrosas, eternamente vivas.

Y como las Arenillas no son más que un juego, invité a Marco Antonio a que jugara un poco a brincar la cuerda. Acá, para compartir con los lectores de El Heraldo de Chiapas, sus “riales” respuestas

1.- Si la palabra se la lleva el viento, ¿cuáles son las palabras más convenientes para volverlas papalote?

Las palabras que vienen desde el tercer cerebro, ese que produce la razón como dominio de los instintos y las pasiones. Esas palabras tienen cola de trapo fino, pesan lo necesario para anclarse en el firmamento, no permiten nunca olvidar que somos raíces del palo de mulato y de la ceiba, que somos síntesis en constante movimiento como el pozol, en el que no siempre se sabe qué gusta más, si el maíz o el cacao, pero al final da fuerza vital para seguir trabajando. Esas palabras que están hechas de papel menudito pero resistente, con los colores de la tierra, el agua, el fuego, el aire y las flores silvestres del campo. Esas palabras que acompañan a las que salen muy bien vestidas de las viseras y el corazón, pero que siempre pasan por el análisis de la mente, provocadoras de los buenos sentimientos, esas que aunque intencionalmente desguachipadas logran la risa y la paz interior de los demás, esas son las que quisiera que se quedaran fijadas en la memoria de mis amigos como impronta de lo que produce mi boca, esas que repito para mí cuando platico conmigo para que esté serena mi alma y venga la armonía a mi espíritu. Esas que se quedan fundidas, por los colores de tintas tornasoles, en los papeles de un libro que hable suavemente con su lector y las que penetran hasta lo más hondo de la mujer que amo cuando la invito a volar por la vida.

2.- Si a una mujer (al estilo del "Alarma") la mirares, la tocares y la BESARES, ¿qué más le harías después?

Con las ESCOBARes que me acompañan, la barrería por todas sus partes y rincones, metería los papalotes de la pregunta anterior por su oído, para escuchar juntos, las melodías ocultas del viento tropical de afuera, y luego simultáneamente morir enterrados en nuestro paraíso, haciéndole harto caso a la víbora provocadora, mordiendo voraz y dolosamente la manzana sin dejar rastro de su existencia, para resucitar estando y siendo siempre besares y más besares. Porque así se anda más liviano por la vida cuando te dejás “llevá” conscientemente por las emociones genuinas de la mujer que amas.

3.- ¿Cuáles son los muros que detienen el paso de las palabras del idioma español que emigran en busca del sueño americano?

La principal tapia que bloquea el libre paso de las palabras vivas de nuestro idioma es el prejuicio construido por la sociedad moderna que de repente avergüenza a sus portadores, por la invasión de otras palabras venidas de otras lenguas nuevas que avasallan en todos los entornos de las relaciones humana y que entran por los juegos electrónicos y la televisión en la mente y alma de las semillas de nuestro pueblo, que son nuestros hijos. Otro obstáculo es el olvido de esas palabras nuestras, que algunos no las meten en las maletas de su aventura de mojados, y que son abandonadas como las mujeres que ante tanta ausencia de los maridos toman a otros como compañeros. Pero también creo que son muy traviesas, algunas de ellas libran esos límites y se trepan al internet, salen de las esquinas de las memorias de sus dueños y se meten en las pláticas cuando se hallan los paisanos en ese mundo de hot dog y freeway, cuando allá se juntan para añorar, recordar y mantener viva el alma chiapaneca.

4.- Si a una muchacha bonita le ofreces una taza de café y ella prefiere un vaso de noche, ¿qué pensás de ella?

Que además de bonita, ¡sabe lo que quiere!, que conoce de otros sabores, de otros olores, y de muchos colores, que es hija sabia de la luna y que intuye que soy del sol un vástago obediente, que aprovecha que en la noche el astro rey no manda tanto, que vale la pena beber harta noche, para rebalsar de amor al otro día y así olfatear por la mañana en el aroma del café a la espera, el olor de la pasión ya descansada.

5.- ¿Cómo un notario puede dar fe del cambio de letra que solicita una letra de cambio?

Un notario es el que nota y anota, el que en la letra de cambio nota que hay una relación entre dos, uno que da y el otro que quita, pero con su fe modifica la letra de cambio para que el que quita mejor dé.

6.- Explicá por qué don Concho -oriundo de Chiapa de Corzo- cree que las calles de Venecia son unas "resbalosas ninfómanas" pues siempre las piensa "húmedas"

Ese chito de Chiapa, como todos los que tenemos algún antecedente de ahí, sabemos que en Chiapas los versos, como el agua, no se le niegan a nadie, así él, sabe que la humedad de los caminos y las calles del tiempo de agua se parecen a las mujeres profesionales de la imaginación, que responden con su cuerpo a la menor provocación auditiva de sus fantasías. Porque también sabe don Concho que el señor de Comitán que construye playas de poesía con sus Arenillas en el Heraldo de Chiapas, es un provocador del temperamento escondido que tenemos los hijos de este trópico húmedo.

7.- De acuerdo con el Popol-Vuh el hombre está hecho de maíz; de acuerdo con la Rial Academia, ¿de qué está hecha la lengua?

Yo no sé que digan todos los de La Rial, pero yo como uno más de esa banda de deslenguados digo, que de la mejor masa de maíz reventado, de la que sirve para memela, para pozol, y tamalitos, para que se moldee al antojo de su usuario, para que chifle canciones tropicales, para que pasee por la cavidad bucal todo lo sabroso de nuestra biodiversidad, para que sirva de puente de las palabras rebeldes, traviesas y liberadoras y atrape como moscas a las otras lenguas cuando da un beso junto con la boca que la hospeda. Si hablas de las lenguas que hablamos los hijos del maíz, esas son las que a pesar de sus exigencias formales aceptan las palabras cuando no llegan de traje de etiqueta a un baile, porque saben que lo que quieren es bailar.
En la danza de las letras que se juntan para enviar lo que pensamos y sentimos, no importa solamente la arquitectura de la palabra sino que está logre que la mente y los corazones se vinculen. Las lenguas que comunican en justicia y libertad, en confianza y seguridad son las lenguas preferidas por la sinceridad y la franqueza de los hombres y las mujeres de bien. Y las lenguas buenas que además en su diccionario dejan pasar a las palabras que se juntan sorpresivamente buscando la risa son, según yo, las lenguas que pavimentan el camino de la felicidad.

8.- Imagino que en tu juventud usaste pantalones acampanados. Si no llamaste a misa, ¿qué convocaban tus tañidos?

A escondidas de mi padre, al que no le parecían nada masculinos, recuerdo unos verdes de cuadros que al caminar sonaban llamando la mirada de la novia de rancho que habían escondido hasta allá por las montañas que ocultan del otro lado la mar. Echando esas campanas al vuelo salían los versos, las cartas y el uso de Celestina que olvidándose de su misión impuesta por la literatura, quiso quedarse con el enamorado que, como era obvio, nunca la vio.

9.- Sabemos la definición de una lámpara de queroseno, ¿podés definir qué es una lámpara de querochichi ?

Luz y pechos pensarían algunos que se permiten entender que éstas son las fuentes de la leche materna. En chiapaneco entenderíamos que “querochichi” es una petición de afecto y protección maternal de un chento, o es también un método de sujetarte al ser humano que te lleva a volar con sus encantos, o es la reacción natural de concentración cuando adviertes que frente a tus ojos se estacionan detrás del escote, esté ultimo, además, esconde al par de botones que configuran, con el tercero, ¡el triángulo maravilloso del placer!

10.- En el país de nunca siempre, una hija de la lloviznada es una niña que nunca llueve, siguiendo esta lógica ¿quién es una hija de la tiznada?

No siguiendo a la señora que decís, sino recurriendo a los que mis oídos me dicen que escucharon ayer en la boca de mis abuelas y mi madre, se refiere a una dama muy arrecha en la vida, audaz y arrojada de temperatura muy elevada. La primera sin humedad en los ojos y rincones, la segunda después del fuego rojo de la brasa, parida por la intensidad de una llamarada, es envidia de las que le llaman así, con intención de echarle desprecio por su capacidad de amar mucho.

Siguiendo a la señora Lógica, la hija de la tiznada seria una niña que nunca tizna, a pesar de estar a fuego intenso en el fogón ¡no mancha!, no deja seña, sólo enciende la pasión y luego se marcha. Según yo, no sé vos. Ahí lo mirás.


(MARCO ANTONIO BESARES ESCOBAR, es un chiapaneco de la Fraylesca, que estudió en la Universidad de Chiapas la carrera de Derecho y de Economía Política, que obtuvo su doctorado en derecho en la UNAM, y se especializó en Derecho Ambiental en Salamanca, España. Ha escrito libros de derecho penal y ambiental y ha sido docente en varias universidades del país y del estado de Chiapas, actualmente es Notario Público. Junto con otros compas es fundador de la Rial Academia de la Lengua Fraylescana, y conductor del programa de televisión de la Rial).
ARENILLERO