
El techo de la casa de Luis Daniel se sostiene sobre un entramado de vigas de madera. Los despistados creen que el techo de la casa es de teja. Los caminantes pasan por el frente, levantan la vista y ven el techo semejante a los otros techos y siguen su camino despreocupados. Incluso, los gatos libidinosos no advierten ninguna diferencia entre un techo y otro, igual cortejan a las gatitas sobre los techos vecinos que sobre el techo de la casa de Luis Daniel.
Por el frente de la casa de Luis Daniel han pasado diputados, doctores, enfermeras, secretarias, gobernadores, taqueros, putitas, deportistas, drogadictos, millonarios, miserables, artistas, narradores y poetas ¡y ninguno ha notado alguna diferencia! Pasan por la casa de Luis Daniel como si pasaran por la casa de doña Cuca o de Juan.
Sólo los niños saben de qué esta hecho el techo de la casa de Luis Daniel. Pero como los niños tienen prohibido trepar incluso sobre las sillas de la sala, nunca vuelan por esos cielos. Algunos zanates que han volado por encima dicen que el techo de la casa de Luis Daniel está hecho de nubes, de algodones de azúcar, de vientos acojinados, y de bombones de cacao; dicen que es un techo tobogán en donde juegan los pájaros, el agua de lluvia, hojas secas y algunos poemas que son como polluelos en lección de vuelo.
El techo de la casa de Luis Daniel se sostiene sobre un entramado de vigas de madera, algunas de éstas ya están podridas, tienen mil laberintos de polilla, pero aún así, no hay granizal, tormenta o temblor que pueda asustarlo.
Luis Daniel subió el otro día a “trastejar”; es decir, a cambiar sus nubes, y yo aproveché, le aventé algunas piedritas y acá están las respuestas.
1.- ¿Qué es lo que tienes más pulido?
Los platos de postre que me como en el día.
2.- ¿Con qué clase de nubes se construye una casa bonita?
Con las pachoncitas, definitivamente.
3.- ¿Para que te "Servín" las Letys del mundo?
Para saborear besitos con sabor a brisa del mar.
4.- ¿Qué hierbas maceras para hacer un poema como río?
Albahaca con hojas de limón escarchadas con palmita de coco.
5.- Si tienes una dirección de hotmail -correo caliente-, ¿de qué material está hecho tu buzón?
Con piel de la chica del keroseno (kero-seno o kero-chichi).
6.- Una remota posibilidad es una posibilidad remariguana, ¿qué es una mota de polvo?
Supongo que algo insuficiente para un odioso marihuano (por eso nada como un “pase” de cocaína en Vallarta o Cancún).
7.- ¿Cuáles son las características que debe poseer un buen navegante cibernético para no encallar?
No olvidarse de que existen los libros.
8.- ¿Cuáles son los BARCOS DE HOUSTON que avienta Nadia cada vez que llueve?
Los de papel en sepia y a contraluz del cerro Mactumatza.
9.- ¿Qué hace el grillo cantor cuando tiene tos?
Pues hacerla de tos.
(Luis Daniel Pulido Aguilar, nació en Chiapas, en el año de 1970. Es poeta, ensayista, y (parece) su vocación mayor es el “urbanismo conceptual” pues vive en una comunidad inventada por él que se llama Pulidín City, que no tiene nada qué ver con las ciudades rurales (sic). Actualmente es becario del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico, de Coneculta Chiapas).
COMENTARIO:
A propósito de esta Arenilla, el periodista Ausencio García, en su columna "Títeres y Cabezas", publicó el día 25 de febrero de 2008 en el Periódico "El Heraldo de Chiapas" lo siguiente:
Arenilla
Duelo de ingenios la Arenilla publicada por Alejandro Molinari en entrevista a Daniel Pulido. Ya lo he dicho antes y lo vuelvo a decir: Luis Daniel Pulido es una promesa ya cumplida, es un poeta sin lugar a ninguna duda y escribe como pocos lo hacen. Da gusto leer a alguien con la calidad de Daniel. Y la combinación con Alejandro Molinari resulta más que afortunada. En eso se habían de fijar tantos aspirantes a poeta que pululan en la capital de Chiapas. Los he oído decir: "Estoy trabajando en un texto, es profundo, te lo voy a mostrar". Y de su morral agrio sacan unos papeles amarillentos, garrapateados ferozmente y en letra casi ilegible hablan de conceptos que uno no puede imaginar. "A ver qué día me haces un comentario". Pues ahora lo estoy haciendo para esa caterva de inútiles que se sienten paridos por las montañas más altas del planeta. Recuerdo que en una ocasión, uno que además se decía músico, me puso a acompañarlo en la guitarra en un compás y con tres tonos circulares. Él tocaba otro instrumento y yo, como menso, lo seguía en la guitarra. Así pasaron como diez minutos hasta que, harto, le dije que ya no tocaba. "Huy, maestro, apenas estábamos entrando en lo bueno de la improvisación". Eso no era improvisación, nada más repetición de lo mismo. Desde hace muchos años renuncié a la compañía de los simuladores, flojonazos, bohemios de pacotilla, entes que sienten que la vida no los merece.Que sea menos ¿no? Me quedo con las creaciones de Luis Daniel Pulido y me declaro visitante distinguido de Pulidín City, aunque nadie me haya dado las llaves de la ciudad.