Pepe me dijo que Faby llegaría a la oficina a las cinco. Las lluvias de los últimos días han dejado al descubierto una fisura en el techo de la oficina, por ahí se cuela el agua. La alfombra tiene un olor a bodega cerrada durante muchos años (está “apishcaguada”, decimos en Comitán). Por eso ahora sobre la alfombra hay dos cubetas de plástico, una es amarilla y la otra verde.
Faby llegó a la oficina. Siempre estoy atento a esos instantes en que la vida nos da la oportunidad de conocer personas y de saber un poco más de otros oficios. El oficio de escritor es muy encerrado, como de paredes llenas de libros, como de pasadizos en penumbra, como de hombres que miran lo más alto de los árboles para luego desviar la mirada hacia el cielo, hacia las nubes y hacia las aves que por ahí se descuelgan. El oficio de Faby es totalmente opuesto.
Faby se presentó, se sentó en una silla plegadiza, y, mientras duró la plática, no dejó de representar el papel que ella eligió en ese momento. No logré desviar el tema que puso sobre el escritorio. Faby cree, porque así lo percibí, que la vida es un gran escenario y que los guiones los escribe ella, ella los interpreta y ella los dirige (¿quién se encarga de la utilería y de subir el telón?). Cuando ella me enseñó unas fotografías, yo desvié tantito la mirada, pero ella -con recursos escénicos- casi casi obligó a que mi vista se concentrara en las fotos que me mostraba.
Faby me cuenta que es actriz. No sé si esto sea cierto. Algún día podré comprobarlo en algún escenario del mundo. Lo que sí comprobé es que ella tiene una fe ciega en lo que hace. Moldea los sueños con sus manos y todo es como si el instante no fuera más que un títere de guante o una marioneta.
Antes que saliera de la oficina, le dije que si jugaba a las palabras, ella aceptó.
Faby cerró su laptop y se despidió. Yo me quedé solo en la oficina, me paré y fui a ver si las cubetas amarilla y verde tenían algo de agua, o algo de nube, o un poco de la magia de Faby.
Pepe no se equivocó, me dijo que Faby llegaría a las cinco y ella se fue a las seis.
Acá las diez respuestas de Faby a un cuestionario que le presenté.
1.- ¿Qué sucede con el eco en una cámara vacía?
La cámara ya es un espacio vacío, el eco queda pegado en ese espacio, el sonido es como el graznido de los patos, o me imagino es un sonido seco.
2.- ¿Qué clase de fotografías tomas con una "cámara vacía"?
Fotografías ultrarrápidas, poco visibles al ojo humano.
3.- ¿Qué aparece cuando se hace el vacío en tu recámara?
Aparezco. Separada en fracciones, mis ojos, mi boca, mi cuerpo, flotando, con un sonido seco, en ese espacio vacío.
4.- Si la patria fuera un queso, ¿qué clase de ratones se acercaría a ver si cae en la trampa?
Las ratas grises, las más grandes y panzonas, con colas largas y ojos brillantes que tienen dientes filosos.
5.- En el abecé del sexo, ¿qué significa la letra z?
Zacabum, zacabom.
6.- ¿Con qué dulce típico satisfaces el deseo de tu amado?
El chimbo para endulzar; el turrón, por si se pone cabrón. Posteriormente le prepararía un jugo de fruta de mango, ciruela y tejocote, llamada mistela y con eso lo mantengo en vela, y de piloncillo “Besos” con sabor a membrillo.
7.- Si un tzizim fuera escritor, ¿cómo se llamaría su primera novela?
Esta está buenísima para hacer montaje teatral: “Con limón, chile, sal: terminator”
8.- A las golondrinas, ¿qué canción les cantan para despedirlas?
Tu prisa,de Fernando delgadillo:
“¿Adónde van tus alas, esas alas que no acaban de
llenarse de mañana y te urgen siempre a continuar?
¿Qué viento abrió tus alas de gaviota demorada,
tras del ruego que no basta para detenerte más?”
9.- ¿Qué tipo de mosaicos usarías para cubrir el piso de tus sueños?
Que sean mosaicos en forma de triangulo escaleno, para poder cambiar constantemente las formas, con colores sorprendentes, con figuras tridimensionales de movimientos ágiles, y les incrustaría pedacitos de piedras filosas, para que no puedan tocarlos.
10.- Si Moz-art significa "Arte de mozas", ¿qué significa Art-emisa?
Arte de encantadas misas.
(Ana Fabiola Hernández nació en el estado de Chihuahua, tiene 23 años. Estudió arte dramático en el Centro Cultural Virginia Fábregas, del Distrito Federal. Ha participado en obras de teatro y espectáculos de danza. Actualmente dirige “Jodorovs”, espectáculo de expresión corporal).
