Siempre que en el calendario aparece un día oficial no laborable (como el uno de mayo) pienso en los locutores. Las estaciones de radio nunca suspenden sus labores; a menos que un fenómeno natural lo impida (la mayoría de estaciones tiene sus plantas de luz).
Romeo, quien fue locutor pionero de la primera estación comercial radiofónica de Comitán, era el encargado de “abrir” la estación a las seis de la mañana. ¿Quién escuchaba la radio a esa hora? La gente que necesitaba compañía mientras se preparaba para el trajín del día. Casi puedo asegurar que a Romeo nunca lo escucharon los sacerdotes, los borrachos y las prostitutas, porque esta gente a esa hora prepara el sermón o dormita sus culpas. Romeo acompañó a traileros y a madres de familia que despertaban a sus hijos para la escuela; también acompañó a los “veladores” en el último tramo de su chamba y a los insomnes al pie de la entrada al nuevo día. Y acompañó, sobremanera, a los hombres y mujeres del campo; a esos seres sencillos que en la tierra siembran sus sueños y que en el fogón calientan su corazón redondo, redondo como una tortilla panzuda de maíz fresco.
El día de mañana, a las siete de la noche, en el auditorio del Centro Cultural Rosario Castellanos, se presentará el Cuaderno Universitario que contiene el testimonio de Romeo Torres Ventura. En este cuaderno, Romeo narra un bonche de anécdotas de su vida personal y profesional. La edición es de la Universidad Mariano N. Ruiz y se inserta en el proyecto de aportar piezas que ayuden a conformar el rompecabezas de la identidad de Chiapas.
Mientras tanto, para los lectores de El Heraldo de Chiapas, paso copia de una Arenilla que Romeo llevó hasta su playa y regresó al mar de todos.
1.- ¿Qué muestra una RADIO-GRAFÍA del cuerpo de un locutor?
Un Transmisor de Radiodifusora.
2.- Si de “lengua te comes un plato”, ¿de qué hablas?
De quienes dicen que la locución es fácil.
3.- Siempre estuviste enredado en ondas hertzianas, entonces ¿qué ondas?
La onda de la gente que todavía me recuerda.
4.- La radio am ¿sólo transmitía hasta las doce del mediodía?
No, también en p.m.
5.- En tus programas radiofónicos, ¿trataste siempre de dar la Buena VENTURA?
Siempre, aunque la desventura llegaba al dar noticias nada agradables (notas luctuosas).
6.- Sobre las TORRES de tu apellido paterno, además de antenas de radio ¿qué otros elementos has subido?
La sencillez, ya que “las torres que en el cielo se creyeron, un día cayeron en la humillación”.
7.- ¿Qué pone en “El Aire” a tu espíritu?
Escuchar radio y mantener siempre la ilusión como si yo fuera a hacer méritos para ingresar o aspirar a ser locutor.
8.- Siempre trabajaste con un micro-fono, ¿por qué no usaste un mega-fono?
El megáfono lo utilicé antes que el micrófono, ya que en la radio lo veía grandísimo por ser mis pininos.
9.- ¿Qué extrañas de la radio de los años sesentas?
La música de rock en español, twist y el respeto que se le “tenía” al auditorio.
10.- Si regresaras a la radio como locutor, ¿qué nombres les pondrías a tres programas y de qué tratarían?
Como la música es cultura, el primero se llamaría “¿Quién es el autor de esta canción?”; el número dos: “Caminos de ayer”, con canciones e instrumentales, dando a conocer su biografía; y el tercero: “Noticiero benigno”, buscando noticias curiosas y bonitas, tratando de desintoxicar al auditorio de lo rutinario de notas amarillas y rojas.
(ROMEO TORRES VENTURA, vio la luz primera (bueno, eso de ver ¡es un decir!), un 9 de mayo de 1945, en el barrio de La Pilita Seca, donde vivió durante 25 años; actualmente, y desde hace 39 años, vive en el barrio de Guadalupe, al lado de su esposa Lucía Gil Aquino. Sus hijos, ya casados, viven en sus respectivos hogares).
